domingo, 30 de mayo de 2010

Sobre unas ruinas encontradas

Diferente vuelo en cada huella
Crítica de JOSÉ ENRIQUE MARTÍNEZ

El Filandón, Diario de León, 30/05/2010
Sobre unas ruinas encontradas

Pablo López Carballo. IV Premio Internacional de Poesía Joven La Garúa, 2008. Ed. La Garúa Libros, Barcelona, 2010. 72 pp.
Aunque fue Premio Letras Jóvenes de Castilla y León en 2008, la verdad es que nada conocía de Pablo López Carballo, un poeta cacabelense que aporta nueva savia a la poesía del momento con un poemario premiado en Santa Coloma de Gramenet y titulado
Sobre unas ruinas encontradas .
Poesía conceptual, indagadora, hecha desde la lucidez, desde la reflexividad del poema, vuelto sobre sí mismo para pensarse. Metapoesía es en parte la materia del libro de López Carballo. Desnudez es otra palabra que se le puede aplicar: con escasa adjetivación, es una poesía troncal, sustantiva principalmente, por lo que las cosas se alzan a conceptos con facilidad. Poesía compleja, pues si es indagadora parece exigir esa misma indagación en el lector. Y poesía enigmática en el sentido que da el diccionario académico de «enigma»: algo de significación oscura y difícil de penetrar. Son aspectos con los que uno debe contar. Y con otro más: no saber si lo que uno intuye es «la verdad» del poema. En todo caso, sí es la del lector, en este caso la mía, la que expongo con brevedad en esta reseña.
Pensar el poema es labor del poeta. Pensar y hacer pensar, pues, como he dicho, también el lector es invitado a «mirar hacia dentro del poema». Pensar la poesía es lo que hace el poeta desde el inicio. «Pretexto del ojo» es el título de la primera parte. Ojo del cuerpo, pero también ojo interior, ojo poético. Ojo que observa e impulsa. Impulsa por elevación: poemas o «pájaros sin ramas» o «una fuente con agua pero sin fuente». Sin agarradero, pues los símbolos son ruinas, el poeta, el poema, vive «pendido entre abismos». Y el abismo aboca al vacío. El pájaro es imagen que frecuenta el poeta. Vuelo y enlace, signo (símbolo) del poema, posibilidad, pluralidad: «Diferente vuelo en cada huella». «Nada es como el primer día», dice el poeta. Cada vuelo es un vuelo nuevo, cada poema una nueva mirada. La segunda parte se titula «Lo glacial». El poeta habla de huecos, hendiduras, grietas. Realidad fracturada. Habitamos en la duda, lo móvil. «Sujetos que mutan, adjetivos que se deshinchan, / expectación, todo cambia». Aparecen nuevos signos (símbolos): el viento, el blanco, lo glacial. Predomina lo cambiante. No hay centro definible, «cualquier punto es el centro», «todos los oasis son una orilla». «Corriente» es el título de la parte última. Todo fluye, todo cambia. De ahí la labor de la poesía: «configurar un mundo nuevo», reubicar las cosas, alejándose del peligro de lo ya transitado, variar la perspectiva, pues «apoyada en el quicio del espejo / la bañera es un hangar». Son intuiciones al compás de la lectura, tensa y concentrada, pues es la que exige esta poesía.




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